Brucelosis

La brucelosis es una de las zoonosis más extendidas transmitidas por los animales y, en las zonas donde es endémica, la brucelosis humana tiene graves consecuencias para la salud pública.

La expansión de las industrias animales y la urbanización, así como la falta de medidas higiénicas en la cría de animales y en la manipulación de alimentos, explican en parte que la brucelosis siga siendo un peligro para la salud pública.

¿Qué es la brucelosis?

La brucelosis o fiebre de Malta, es una enfermedad bacteriana causada por varias especies de Brucella, que infectan principalmente al ganado vacuno, porcino, caprino y ovino. Los humanos generalmente contraen la enfermedad por contacto directo con animales infectados, por comer o beber productos animales contaminados o por inhalar agentes transmitidos por el aire. La mayoría de los casos se producen por la ingestión de leche o queso no pasteurizados de cabras u ovejas infectadas.

Brucella melitensis (B. melitensis) es el agente etiológico causante de la mayoría de los casos de brucelosis en ganado ovino y caprino.

La enfermedad en los animales se caracteriza por la existencia de abortos o falta de reproducción. Aunque los animales suelen recuperarse, y después del primer aborto son capaces de procrear, ellos pueden continuar excretando bacterias.

Transmisión y propagación

Por regla general, la brucelosis se transmite cuando un animal enfermo aborta. En los líquidos del parto de ese animal habrá una gran cantidad de bacterias, que pueden sobrevivir varios meses en el medio externo, especialmente en condiciones frías y húmedas, y siguen siendo infecciosas para otros animales, que se contagiarán al ingerirlas. Las bacterias también colonizan las ubres y contaminan la leche. Por lo que se suele contaminar la leche cruda y el queso fresco.

La brucelosis también puede transmitirse a animales y personas a través de heridas en la piel o de las mucosas. La transmisión de persona a persona es muy poco frecuente.

¿Cómo afecta al ganado y la industria alimentaria?

La principal característica de la enfermedad en los pequeños rumiantes es la presencia de abortos, retención de placenta, orquitis, epididimitis y ocasionalmente artritis, con excreción de los microorganismos en las secreciones uterinas y en la leche. B. melitensis es altamente patógena para el ser humano y es la causante de la llamada fiebre de Malta, una de las zoonosis de mayor importancia del mundo.

Aunque la principal causa de la brucelosis caprina y ovina es B. melitensis en algunos casos también se presenta la Brucella Ovis la cual es una especie de brucella rugosa que afecta únicamente a los ovinos.

Dependiendo del tipo de brucella que afecte a los ovinos, los signos clínicos serán diferentes, así como el tratamiento que deberá ser indicado para cada uno de los casos.

La brucelosis en pequeños rumiantes se puede prevenir a través de una serie de acciones como la implementación de medidas en el manejo sanitario de los rebaños, diagnóstico oportuno y la vacunación de animales a partir de los tres meses de edad.

Vacunación como medio de prevención

La vacuna Melirev-N previene la enfermedad provocada por Brucella melitensis.  Esta vacuna se aplica por vía subcutánea a hembras de tres a cuatro meses de edad en dosis normal, y la vacuna Melirev-R en dosis reducida es recomendada en hembras mayores de cuatro meses de edad, es importante asegurarse que las hembras no estén en periodo de gestación al momento de la vacunación. En el ganado caprino el programa de vacunación se recomienda en hembras de tres a cuatro meses de edad, las cuales deberán ser vacunadas aplicando una dosis única de la presentación clásica de Melirev-N (REV-1 en dosis normal 1-2 x 109) esta vacuna protegerá al animal durante todo el resto de su vida. A pesar de que los animales suelen recuperarse después del primer aborto y son capaces de procrear, ellos pueden continuar excretando la bacteria.

La importancia de la brucelosis radica en que reduce sobremanera el rendimiento reproductivo, debido a casos de aborto, infertilidad, retención placentaria, mortalidad neonatal o debilidad de la progenie. Todo ello se traduce en pérdidas económicas considerables para los productores de ganado lechero, ovejas, cabras o cerdos.

La vacunación como única herramienta de prevención no es suficiente en el control de la enfermedad, por lo que el diagnóstico periódico de los rebaños serán elementos esenciales para mantener a los pequeños rumiantes sanos y con grandes resultados en temas de productividad y crecimiento económico.

¿Quién está expuesto al riesgo?

La brucelosis es una enfermedad que se da en todo el mundo y está sujeta a notificación en la mayoría de los países. Afecta a personas de todas las edades y de ambos sexos. En la población general, la mayoría de los casos son causados por el consumo de leche cruda o de sus derivados como el queso fresco. La mayoría de estos casos son debidos a productos de origen ovino y caprino.

La enfermedad también se considera un peligro ocupacional para las personas que trabajan en el sector ganadero. Las personas que trabajan con animales y están en contacto con sangre, placenta, fetos y secreciones uterinas tienen un mayor riesgo de contraer la enfermedad. Este método de transmisión afecta principalmente a los granjeros, carniceros, cazadores y veterinarios.

La brucelosis es una de las infecciones que más fácilmente se transmite en laboratorio, por lo que al manipular cultivos o muestras con gran número de bacterias, como el material resultante de un aborto, conviene observar estrictas medidas de seguridad.

¿Cómo afecta a la Salud Pública y población en general?

La brucelosis suele provocar síntomas parecidos a los de la gripe, como fiebre, debilidad, malestar, escalofríos, pérdida de peso y dolor articular, muscular y de espalda. Sin embargo, la enfermedad puede presentarse en muchas formas atípicas. En muchos pacientes los síntomas son leves y, por tanto, es posible que no se considere el diagnóstico. El periodo de incubación de la enfermedad puede ser muy variable e ir de una semana a dos meses, aunque normalmente es de entre dos y cuatro semanas.

Los síntomas de la brucelosis pueden desaparecer durante semanas o meses y después volver a aparecer. Algunas personas tienen brucelosis crónica y tienen síntomas durante años, incluso después del tratamiento.

Prevención y Control para la Brucelosis humana

La mejor manera de prevenir la brucelosis humana, se basa en la vigilancia y estrategia para la eliminación directa de la infección en los animales.

La pasteurización de la leche para el consumo directo y para la producción de derivados como el queso es un paso importante para prevenir la transmisión de animales a humanos. Las campañas de educación sobre la necesidad de evitar los productos lácteos no pasteurizados pueden ser eficaces, así como las políticas sobre su venta.

En las tareas agrícolas y de procesamiento de carne, las medidas de protección y la manipulación y eliminación correctas de la placenta, los cadáveres de animales y los órganos internos son una importante estrategia de prevención.

Toma estas precauciones para reducir el riesgo de contraer brucelosis:

  • Evita los alimentos lácteos sin pasteurizar.
  • Cocina la carne por completo.
  • Lavado correcto de manos.

Distribución geográfica

Los mayores niveles de incidencia se sitúan en Oriente Medio, la región Mediterránea, el África subsahariana, China, India, Perú y México. Actualmente, el crecimiento más agudo en número de casos se está registrando en países de Asia Central y Sudoriental.

La brucelosis en pequeños rumiantes tiene una distribución más amplia, encontrándose en todo el territorio nacional, con la mayor incidencia en entidades con una importante concentración de cabras, como lo son: Nuevo León, Guanajuato, Sinaloa, Michoacán y Coahuila; y la mayor incidencia de brucelosis bovina se observa en el ganado estabulado y en áreas de alta densidad animal, incluyendo las zonas centro, sureste y norte del país.

Para el año 2020, se diagnosticaron un total de 879 casos de brucelosis en humanos, disminuyendo en un 46.86% los 1,654 casos reportados en el año 2019, siendo los estados de Michoacán con 119, Estado de México con 117 y Sinaloa con 105, los que cuentan con un mayor número de casos; en comparación con los datos del año inmediato anterior, los estados con mayor incidencia de brucelosis fueron Nuevo León con 206, Puebla con 205 y San Luis Potosí con 161 casos confirmados.

En 2020, la presencia de Brucelosis en México ocasiono pérdidas en producción ganadera, así como económica, las afectaciones económicas alcanzaron un estimado de 111.83 millones de pesos con 13,543 animales positivos (bovinos, caprinos y ovinos). Los principales estados afectados por esta enfermedad fueron Sinaloa, Jalisco, Chihuahua, Nuevo León, Guanajuato, Morelos y Guerrero.

Fuente:

  • Prevención de Brucelosis en Rumiantes INIFAP-Secretaría de Agricultura.
  • Brucelosis, Organización Mundial de la Salud.
  • Brucellosis, Centers for Disease Control and Prevention.
  • Brucelosis, una zoonosis frecuente, ELSEVIER.
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